Ashton Embry es el Presidente de la organización independiente canadiense de esclerosis múltiple "Direct-MS", que tiene su sede en Calgary. Desde hace años, Ashton Embry se dedica al estudio de la EM y su trabajo de investigación le llevó tanto a señalar la importancia del papel que juega la vitamina D en la enfermedad, como a proponer como terapia una dieta alimenticia conocida por las siglas BBD (Best Bet Diet) y que está diseñada para contrarrestar en lo posible los efectos de la enfermedad. Desde el mes de agosto de 2009, la implicación de Direct-MS y del propio Ashton Embry en la defensa de la importancia de las investigaciones del Dr. Zamboni es total. Prueba de ello es que recientemente Direct-MS contribuyó con 125.000 dólares USA al proyecto de investigación sobre la CCSVI que se está desarrollando en la universidad estadounidense de Buffalo, bajo la dirección del Dr. Robert Zivadinov y la Dr. Bianca Weinstock-Guttman. La imagen que ilustra esta entrada corresponde al cartel anunciador de una sesión informativa organizada por Direct-MS sobre la CCSVI celebrada en Calgary el día 30 de abril del presente año 2010. Dicho acto contó con la presencia de los directores de la investigación de Buffalo. En este post traducimos el artículo de respuesta de Ashton Embry al publicado por "The Gazzete":
19 de mayo de 2010
Estimados Sra. Levy y Dr. Lang:
Leí su columna reciente sobre el tratamiento de la CCSVI "Cirugía de la EM: ¿Efecto placebo o liberación?" publicada en "The Gazette" y quedé sorprendido de lo mucho que omiten sobre los conocimientos científicos que se tienen sobre la CCSVI. Ustedes no tratan en absoluto las implicaciones que tienen los importantes hallazgos científicos de la CCSVI, ni del porqué esos hallazgos indican de una forma clara lo importante que es ser tratado de la CCSVI cuanto antes.
En primer lugar, la ciencia actual ha dejado fuera de toda duda razonable que la CCSVI está asociada con la EM, por ser la CCSVI mucho más común en personas con EM que en la población general. Esto se basa en la investigación del Dr. Zamboni, así como en las informaciones publicadas por otros centros de investigación, incluido un importante estudio de la Universidad de Buffalo (EEUU). Ningún investigador creíble pone en cuestión esta clara asociación. Por supuesto, la existencia de asociación, por sí misma, no significa que sea la causa. Su frase "...CCSVI, si es que tal enfermedad realmente existe,..." indica que ninguno de ustedes se ha leído la literatura científica disponible (por ejemplo, el número de abril de International Angiology que contiene 13 contribuciones sobre la CCSVI). El hecho de que ustedes piensen que puedan escribir una columna inteligente sin haber leído esas contribuciones me deja estupefacto.
Otro hallazgo científico fundamental del que ustedes parecen no saber nada es que las malformaciones venosas que conducen a la CCSVI son, casi exclusivamente, de origen congénito, es decir, que están presentes desde el nacimiento. Repito lo de antes: han sido publicados artículos exhaustivos sobre el particular y es algo ampliamente aceptado. Y el hallazgo es fundamental porque muestra que la CCSVI precede al proceso de la EM y no es un efecto de la misma.
Por último, es algo comúnmente aceptado que los mecanismos biológicos que son consecuencia de la CCSVI, como el reflujo de la sangre venosa hacia el cerebro, la deposición de hierro en el cerebro, la hipoperfusión, la sobrerregulación de las moléculas de adhesión en el endotelio de las vénulas, pueden ser todos razonablemente relacionados con el proceso de la EM.
También me gustaría destacar que nadie con un mínimo de credibilidad está proclamando que la EM no sea una enfermedad autoinmune. El enorme cuerpo de conocimientos científicos acumulado sobre la EM muestra esto con una seguridad casi absoluta. Sin embargo, también debe ser destacado que todos los mecanismos biológicos asociados a la CCSVI potencian significativamente el proceso autoinmune.
Esto nos lleva a otra de sus mal intencionadas afirmaciones: "La supuesta conexión entre la CCSVI... y la EM, se desmorona si atendemos a otras circunstancias, como por ejemplo el hecho de que los pacientes que ven mermado el flujo sanguíneo en sus venas, como resultado de cirugías diversas, no desarrollan EM. De forma similar, los vasos tienden a estrecharse a medida que envejecemos y, sin embargo, la EM no es una enfermedad de personas mayores. La teoría de las venas bloqueadas en la EM es tan discordante con nuestro entendimiento de la enfermedad que podría ser comparada con tratar de reparar un radiador quemado de un coche, cambiando los neumáticos de las ruedas." Cuando leí esto sentí vergüenza ajena por ustedes dos. La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que se ve sustancialmente agravada por la concurrencia de la CCSVI. No todas las personas con EM tienen la CCSVI y no todas las personas con problemas venosos tienen EM. De nuevo, esto está bien establecido en la literatura científica. Me estremezco cuando leo afirmaciones ridículas que tratan de desacreditar la asociación entre la CCSVI y la EM. Estoy convencido de que ustedes son más capaces de lo que las tonterías que han escrito reflejan.
Podría señalar que la CCSVI ayuda a explicar uno de los grandes enigmas de la EM. Como ustedes bien saben, el cerebro se protege de la transmisión hemática del sistema inmunológico por lo que se conoce con el nombre de barrera hematoencefálica (BHE): paredes de los vasos sanguíneos fuertemente reforzadas que impiden el paso de las células del sistema inmunitario al sistema nervioso central (SNC). Siempre ha sido un problema explicar por qué las células autoinmunes son capaces de cruzar la BHE con tanta facilidad en el proceso de la EM, dado que la evolución se habría asegurado de que esto no sucediera. Por supuesto, el quid de la cuestión estriba en que los mecanismos biológicos asociados a la CCSVI degradan la integridad de la BHE y permite a las células inmunes autoagresivas cruzar la BHE con mayor facilidad. Por tanto, con la CCSVI formando parte de la EM, disponemos ahora de un modelo explicativo mejorado de la propia EM; modelo que es teóricamente más razonable y que concuerda con una perspectiva evolutiva.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, no puede haber dudas de que la CCSVI es una parte importante del proceso de la esclerosis múltiple, porque: 1º) está asociada con la EM; 2º) precede a la EM; y 3º), puede razonablemente contribuir a la efectiva patogenia de la EM. Con una analogía: Imaginemos que se descubre que las personas con un dolor persistente en el trasero, tienen un alfiler clavado en el mismo. Si en la mayoría de los casos se encontrase que los alfileres estaban allí clavados antes de la aparición del dolor y se estableciese que el dolor está asociado con la presencia del alfiler, entonces sería razonable postular que los alfileres forman parte de la explicación del problema. Por supuesto, si se mostrase que los alfileres aparecen allí después del surgimiento del dolor, entonces tendríamos que asumir que los alfileres no juegan un papel relevante en la explicación del problema y que podrían ser un efecto del mismo (¿un fallo del tratamiento?).
La pregunta ahora es la siguiente, una vez que se ha establecido que los alfileres preceden al dolor y pueden ayudar a explicarlo: ¿esperamos 7 años de investigaciones antes de quitar los alfileres; o, quitamos los alfileres y al mismo tiempo investigamos el origen de su presencia... el mecanismo que les hace causar el dolor... la forma más segura de quitarlos... etc.? Está claro que la segunda opción es la del sentido común. La defensa de la primera opción hace aparecer de inmediato el espectro de una agenda oculta de intereses particulares.
Exactamente la misma lógica es aplicable a la CCSVI y a la EM, excepto en que es más importante que el tratamiento se haga tan pronto como sea posible. Esto se debe a que en los 7-10 años necesarios para llevar a cabo todas las investigaciones, muchas personas con EM sufrirán daños graves e irreversibles en el sistema nervioso central y experimentarán síntomas clínicamente muy graves a causa de dichos daños. Por ser la CCSVI casi con toda seguridad una parte importante del proceso de la EM -como la ciencia actual ha demostrado-, es por lo que es importante que se resuelva lo más pronto posible. No hay duda de que grandes proyectos de investigación se necesitan llevar a cabo sobre la CCSVI, pero el tratamiento de las personas con EM no puede esperar hasta que esas investigaciones se hayan completado.
En resumen, lo que los medios de comunicación (incluyéndoles a ustedes) han olvidado es que la ciencia actual dice que la CCSVI es muy probable que sea una parte clave del proceso de la EM y, en consecuencia, tiene que ser tratada tan pronto como sea posible. Esto no es un tratamiento que aborda los síntomas, sino que se ocupa de un importante factor causal. No me sorprende que muchas personas que ya han sido tratadas de la CCSVI, estén experimentando importantes mejoras en sus síntomas de la EM. Espero que aquellos que tengan el alfiler clavado en el trasero también disfruten de un poco de alivio al quitarles el alfiler. Siempre que se neutraliza un factor clave de cualquier problema medico como pueda ser el caso de una bacteria que causa una ulcera o la reacción inmune en la autoinmunidad, es lógico esperar que aparezca el alivio. La afirmación de que todas las mejoras impresionantes que declaran los pacientes ya intervenidos son simplemente "efecto placebo" es también una tontería. Las mejoras son tan reales como los pocos casos de efectos adversos.
Las personas con EM están pidiendo simplemente que se les trate una patología grave (un defectuoso flujo venoso del cerebro), de la que la ciencia dice que es muy probable que sea una parte del proceso de su enfermedad. Para un observador objetivo, y es de esperar que para los medios de comunicación, esto debe ser visto como una petición más que razonable.
También espero de ustedes que sean capaces de entender por qué las compañías farmacéuticas y los que reciben importantes ayudas financieras de tales compañías (la comunidad de los neurólogos y las asociaciones de EM tienen mucho que perder con la introducción de la CCSVI como un tratamiento estándar), se oponen firmemente a la disponibilidad del tratamiento de la CCSVI. ¿Quién puede culparlos? Sin embargo, dado su flagrante y más que evidente conflicto de intereses, sus opiniones sobre este asunto tienen que ser sopesadas con mucho cuidado y ser vistas a la luz de la fuerte subjetividad que incorporan. Habida cuenta de que ustedes están postulando los mismos argumentos sin contenido de los que se oponen a la CCSVI, tengo que preguntarme: ¿A ustedes, quién les engorda el caldo? ¿Una compañía farmacéutica, su neurólogo preferido, o tal vez un representante de la Sociedad de Esclerosis Múltiple?
Espero que esto les ayude a entender por qué hay tanta confusión creada en torno al tratamiento de la CCSVI. Desde un punto de vista científico, objetivo, la CCSVI necesita ser tratada en el momento en el que se encuentre. Desde un punto de vista financiero, hay distintas facciones que se oponen firmemente a tal tratamiento. Espero que algún día los medios de comunicación trasladen a la opinión pública la realidad de lo que está sucediendo: 1º) Que la ciencia apoya el tratamiento de la CCSVI tan pronto como sea posible y 2º) Que se está librando una guerra - las espadas, en este momento, están en alto- entre la salud física de las personas con EM y la salud financiera de las compañías farmacéuticas, los neurólogos y las sociedades nacionales de EM. ¿Qué es más importante para nuestra sociedad? Está claro de qué lado están ustedes, y no es algo de lo que deban sentirse orgullosos. Golpear a las personas con EM por razones económicas es algo tan feo como suena en realidad. Ustedes salieron a la palestra en defensa de unos intereses que suponen un absoluto desprecio por los valores de nuestra sociedad.
Espero que les haya dado una perspectiva más amplia de la CCSVI y de la importancia de tratarla lo antes posible. Este problema no desaparecerá hasta que se haga lo que, en justicia, hay que hacer.
Atentamente,
Dr. Ashton Embry
Presidente de Direct-MS.
Ashton Embry. Fecha: 19 de mayo de 2010. Fuente: http://www.direct-ms.org/magazines/Levy%20letter%2005%2010.pdf
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