El recientemente anunciado programa de investigación de la CCSVI por la Sociedad de Esclerosis Múltiple de Canadá (en adelante, SEMC) es irrisorio. Lo primero que hay que decir es que la cantidad de dinero dedicada a la investigación de la CCSVI es de 350 mil dólares para cada año, lo que representa un 0,5% del botín que representa el presupuesto anual de la SEMC. Esto es una gran ofensa y una bofetada en la cara de todas aquellas personas que han apoyado a la SEMC con su tiempo y su dinero.
Lo segundo que hay que señalar, y esto es algo incluso más preocupante que lo anterior, es que las investigaciones que se financian son para reinventar la rueda, dado que sólo se dirigen a estudiar la cuestión de la asociación entre la CCSVI y la EM. Quizá la SEMC no haya caído en la cuenta -o no quiera reconocer- que la asociación entre la EM y la CCSVI es algo que ya está bien establecida por la investigación que se lleva a cabo en la Universidad de Buffalo y por las más de 1000 intervenciones de la CCSVI que ya se han realizado en todo el mundo. Estos datos confirman de una forma sólida e incuestionable el original hallazgo del Dr. Zamboni. A este respecto, debería mencionar los resultados obtenidos por el Dr. Sandy MacDonald que muestran que el 90% de los casi 300 pacientes de EM examinados en su clínica de Barrie, tienen la CCSVI. La afirmación de la SEMC de que el programa de investigación planeado es necesario para establecer la asociación entre la EM y la CCSVI es totalmente insostenible.
Resumiendo: ya no hay dudas de que la CCSVI y la EM están relacionadas. Por tanto, se puede decir que el programa de investigación planeado por la SEMC carece de valor. Desde mi punto de vista, los únicos aspectos positivos que aportan los proyectos que se financiarán son que ayudarán a determinar el número de los individuos que no teniendo EM, sí tienen la CCSVI; y el trabajo de investigación sobre los niños y los hermanos gemelos aportará información nueva.
Lamentablemente, el número de individuos que serán examinados será pequeño y por tanto los resultados serán ignorados por la legión anti-CCSVI si les fuese preciso.
Un problema importante es la destreza de los investigadores para detectar la CCSVI con la tecnología Doppler. Es bien sabido que se necesita un periodo de entrenamiento considerable y es lógico que uno se pregunte si los técnicos que están realizando las eco-Doppler en los diferentes lugares en los que se están llevando a cabo las investigaciones, estarán adecuadamente entrenados. Esto nunca se discute en los informes de síntesis de las investigaciones científicas pero el entrenamiento de los técnicos es un aspecto crucial de cualquier proyecto de investigación que tenga por objetivo detectar la presencia de la CCSVI. Sospecho que la detección será un problema importante debido a la falta de preparación de los técnicos.
Otro problema significativo es la inclusión de investigadores que tienen fuertes lazos con la industria farmacéutica. Parece lógico que uno no quiera ver a individuos con un claro conflicto de intereses -por estar fuertemente compromisos con la farmaindustria- cerca de investigaciones que tienen el potencial de dañar seriamente los intereses de las compañías farmacéuticas. Estos conflictos de intereses tienen que ser evitados escrupulosamente. La presencia de Mark “Esto-es-un-camelo” Freedman (1) formando parte del equipo de investigación de Ottawa es una afrenta, tanto para la ciencia como para todas aquellas personas con EM. Lo que necesitamos es que las personas que realicen las investigaciones sobre la CCSVI sean objetivas, no gente que lo que quiere es confirmar su proclama de que la CCSVI es un camelo. Teniendo en cuenta los posibles problemas que plantea la tecnología Doppler a la hora de detectar la CCSVI y los prejuicios anti-CCSVI subyacentes en algunos miembros de los equipos de investigación, espero lo peor en lo que se refiere a la objetividad y precisión de los resultados.
Me gustaría señalar que estas investigaciones, una vez finalizadas y publicadas, no nos aportarán ningún conocimiento relevante que no tengamos ya en la actualidad. Es una investigación para marear la perdiz que retrasará la verdaderamente urgente y necesaria sobre la eficacia del tratamiento de la CCSVI. El valor que pueda tener el librarse de la CCSVI es la GRAN cuestión que tenemos hoy planteada, no la ya respondida pregunta de si la mayoría de las personas con EM tienen o no tienen la CCSVI (¡sí, la tienen!).
Como he dicho en otras ocasiones pasará más de una década, si no más, antes de que finalicen los estudios, tan necesarios por otra parte, que determinen la eficacia del alivio de la CCSVI. Y esto es exactamente lo que los neurólogos y la SEMC quieren que suceda, dado el hecho de que el tratamiento de la CCSVI es potencialmente muy perjudicial para su salud financiera a largo plazo.
La SEMC, para apaciguar los ánimos de sus socios y seguidores, está representando el papel de que están haciendo algo realmente valioso con respecto a la CCSVI. En realidad, las minúsculas ayudas económicas concedidas a proyectos de investigación dirigidos a buscar respuesta a una pregunta para la que ya tenemos contestación es una forma de asegurar que ningún conocimiento realmente significativo sea sacado a la luz. Por lo que atañe a lo que de verdad le preocupa a la SEMC pueden decir con razón: ¡Misión cumplida!
Además, la SEMC y los neurólogos continuarán piadosamente sermoneando a las personas con EM que no deberían ser examinadas ni tratadas de la CCSVI hasta que ellos hayan realizado las oportunas investigaciones. Teniendo en cuenta el tipo de investigación y el importe de las ayudas financieras que la SEMC tiene en mente, todo esto llevará 20 años en vez de los 10 que yo había estimado previamente.
Al menos mis expectativas respecto a la SEMC no fueron defraudadas en tanto que ellos mantienen su objetivo de asegurar que no se implementen acciones reales encaminadas a abordar la CCSVI. Lo triste del asunto es que mucha gente será engatusada con la idea de que, con este irresponsable y casi inútil programa de investigación, la SEMC está actuando en favor de los intereses de las personas afectadas de EM. La verdad del asunto es que la SEMC está haciendo un gran daño a las personas con EM presionando en contra de que se diagnostique y se trate la CCSVI, a la vez que no financia ninguna investigación sobre el efectivo valor que tiene el alivio de la CCSVI en la EM. Sólo espero que las personas con EM vean la situación real y comiencen a apoyar proyectos de investigación que beneficien a las personas con EM, y no aquellos que sólo benefician a los neurólogos.
(1)Hace meses, el Dr. Mark Freedman calificó de “camelo” el descubrimiento de la CCSVI, lo que provocó la ira de todos aquellos que defienden la seriedad y relevancia del trabajo del Dr. Zamboni. (Nota del traductor)
Ashton Embry. Junio 2010. Fuente: http://www.ccsvicalgary.org/wp-content/uploads/2010/06/MSSOC-CCSVI-Research-Program.pdf
GRACIAS por la traducción !
ResponderEliminarEn inglés yo no llego a captar las sutilidades y está tan bien dicho...