Bajo una intensa presión de los pacientes, algunos médicos de los EE.UU. están verificando, con cautela, una provocativa teoría que mantiene que el drenaje anormal de la sangre del cerebro puede jugar un papel en la esclerosis múltiple (EM), y que una corrección quirúrgica del defecto venoso que lo provoca podría ser beneficiosa para los pacientes.
Si se confirma su efectividad, el enfoque sugerido por un investigador italiano podría suponer un gran cambio para la EM, una enfermedad neurológica discapacitante tradicionalmente atribuida a un funcionamiento defectuoso del sistema inmune. Pero muchos pacientes, frustrados por lo limitadas de las terapias actualmente disponibles, dicen que no tienen tiempo para esperar a que se realicen los estudios necesarios, y rigurosamente controlados, para comprobar si la cirugía realmente funciona y están buscando tratamiento para el ensanchamiento de las venas afectadas en el extranjero, sin inmutarse por el hecho de que haya habido una complicación peligrosa después de una operación.
"Esto tiene lógica y yo estaba empeñada en hacerlo", dice Nicole Kane Gurland de Bethesda, Maryland, la primera en recibir el tratamiento experimental en el Hospital de la Universidad de Georgetown de Washington, que realizará un seguimiento cercano a un pequeño número de pacientes para ver cómo evolucionan después de realizar una angioplastia de balón para ensanchar las venas bloqueadas.
En Buffalo, del Estado de Nueva York, más de 1.000 personas solicitaron ser uno de los 30 voluntarios para un estudio que pronto se iniciará sobre el mismo procedimiento quirúrgico. Cuando el equipo de la Universidad de Buffalo comenzó hace unos meses un estudio, con un gran número de pacientes implicados, sólo para comparar si las venas bloqueadas son más comunes en pacientes con EM que en personas sanas -no para tratarlos-, más de 13.000 pacientes se presentaron voluntarios.
La presión de la demanda de los pacientes preocupa al neurólogo Dr. Carlo Tornatore de Georgetown, quien se unió al cirujano vascular Dr. Richard Neville, con la esperanza de conseguir alguna evidencia que permita orientar la atención a sus propios pacientes.
"Mucha gente está empezando a ir a las antípodas a tratarse", dice Tornatore. Hacer esta investigación lleva su tiempo, dijo. "Esto es una maratón, no un sprint de 100 yardas. Tenemos que tener mucho cuidado."
La esclerosis múltiple se produce cuando el aislamiento que sirve de protección de las fibras nerviosas, llamada mielina, poco a poco se destruye provocando cortocircuitos en los mensajes que el cerebro y la médula espinal envían al resto del cuerpo, alterando la marcha y causando fatiga y problemas en la visión, el habla, la memoria y otros. Afecta a cerca de 2,5 millones de personas en todo el mundo, incluyendo 350.000 estadounidenses.
Una enfermedad con un nombre complicado se ha convertido en el tema más candente de debate en la EM: la insuficiencia venosa cerebroespinal crónica. CCSVI son sus siglas en inglés. Un especialista vascular italiano, el Dr. Paolo Zamboni, investigando la EM con el objetivo de ayudar a su esposa -que padece la enfermedad-, descubrió que las venas del cuello o del pecho que drenan la sangre pobre en oxígeno del cerebro y la médula espinal estaban estrechadas, bloqueadas o sometidas a torsión en un grupo de pacientes. Zamboni informó de que esas oclusiones venosas provocaban reflujos de la sangre hacia el sistema nervioso central y de que esa circunstancia podría estar en relación con los daños típicos de la EM al causar pequeñas filtraciones de las células del sistema inmunitario en el cerebro que iniciarían la cascada de problemas inflamatorios asociados a la EM.
Luego vino la etapa en la que se extendió con entusiasmo a través de los foros de pacientes en Internet la siguiente noticia: En un estudio piloto, el equipo de Zamboni usó el procedimiento endovascular llamado angioplastia con balón -similar al método tradicionalmente utilizado para desatascar las arterias del corazón- para ensanchar las venas afectadas en 65 pacientes. Informó de diversos grados de mejoría, sobre todo en pacientes con un curso recurrente remitente que experimentaron un menor número de brotes durante los siguientes 18 meses y algunas mejoras en su calidad de vida.
Pero casi la mitad de los pacientes tratados experimentaron un nuevo estrechamiento de sus venas, y Zamboni exhortó a la comunidad científica para que se realizasen otros estudios con mayor número de pacientes y con más controles científicos.
A continuación, los investigadores de la Universidad de Buffalo escanearon las venas de 500 personas. Alrededor del 55 por ciento de los pacientes con EM tenían signos de CCSVI, en comparación con el 22 por ciento de las personas sanas, según declaró el investigador principal del estudio, el Dr. Robert Zivadinov, que presentará sus datos el próximo mes de abril en una importante reunión de Neurología.
Mientras tanto, un cirujano de la Universidad de Stanford comenzó a implantar stents -que son prótesis endovasculares desarrolladas para la enfermedad cardíaca- en las venas estenosadas de algunos pacientes con esclerosis múltiple. El Dr. Michael Dake interrumpió las operaciones en diciembre del 2009 después de haber intervenido a 35 pacientes, diciendo en un correo electrónico enviado a sus colegas que "después de un profundo proceso de reflexión" había adoptado la decisión de no continuar las intervenciones al margen de un ensayo clínico. La Universidad de Stanford no aportó más detalles sobre el asunto, pero la revista Annals of Neurology informó de que un stent implantado a un paciente se desprendió y migró hacia el corazón, requiriendo cirugía de emergencia a corazón abierto para extraerlo. Previamente se había producido la muerte de una persona operada en Stanford que, según declara la familia y el equipo médico del hospital que la atendió, fue debida a un accidente cerebrovascular sin relación con la intervención de la CCSVI.
La Sociedad de EM de los EEUU pronto anunciará la concesión de ayudas económicas para financiar la realización de estudios adicionales sobre la CCSVI.
Al igual que otros muchos neurólogos, el Dr. Tornatore de la Universidad de Georgetown, observa los acontecimientos con una mezcla de escepticismo y curiosidad. Después de todo, décadas atrás algunos médicos habían sugerido que la circulación sanguínea podría desempeñar un papel en la EM. Las lesiones tienden a agruparse cerca de las venas y el tratamiento con anticoagulantes fue ensayado antes de que los medicamentos específicamente dirigidos a regular el sistema inmune demostraran ser una ayuda para muchos pacientes con EM.
Haciendo un recuento de las posibilidades futuras manifestó: Esto podría ser un callejón sin salida, al igual que ha acontecido otras veces a lo largo de los años en el mundo de la EM. O podría suponer algún beneficio para los pacientes. O podría ser revolucionario.
"No tengo ni idea. No estoy predispuesto a ninguna de ellas," dice el Dr. Tornatore.
Pero él y el Dr. Neville decidieron que la angioplastia era la opción menos arriesgada para realizar una prueba limitada. En los 30 pacientes que se han sometido hasta el momento a un examen de ultrasonido -que tiene un coste de 400$-, cerca de la mitad muestran evidencias de tener la anomalía venosa.
Nicole Kane Gurland fue la primera paciente tratada a principios de este mes, sus venas yugulares estaban bloqueados con tanta fuerza que al Dr. Neville le costó trabajo empujar el minúsculo alambre que se inserta dentro de las venas durante la intervención. Justo después del tratamiento, los pies de Nicole, que durante años habían permanecido fríos y pálidos, se mostraban más cálidos y con un color normal.
¿Qué pasa con la típica fatiga de la EM y la debilidad, y con los tejidos nerviosos lesionados? Mientras Nicole cree que su equilibrio en la mañana, a menudo su peor momento, está mejorando un poco, es demasiado pronto para decir algo con seguridad. Los test se realizarán más adelante.
La semana pasada, su amiga cercana Heather Tuck, de 61 años, también fue objeto de un examen de las venas. Dice que es la primera prueba que le hacen en relación con la EM en la que tiene la esperanza y el deseo de dar positivo.
Escrito por Lauran Neergaard (Associated Press). Fecha: 22 de marzo de 2010
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