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martes, 9 de febrero de 2010

HIERRO, ESCLEROSIS MÚLTIPLE Y EL REFLEJO DE SEMMELWEIS

Presentamos en esta entrada la traducción de un post de un oncólogo canadiense llamado Lorne Brandes. El Dr. Brandes es uno de los contribuyentes habituales del blog especializado en temas de salud "The Mednews Express blog" albergado en la página web del canal televisivo de noticias canadiense CTV. En la entrada del 4 de diciembre de 2009, el Dr. Brandes traza un paralelismo entre la actitud de la clase médica ante la teoría del Dr. Zamboni y la que mantuvo la clase médica en el siglo XIX ante la teoría del Dr. Semmelweis -en la imagen-.

¿Ha oído hablar del reflejo de Semmelweis? Se define en Wikipedia como " el rechazo automático de información de carácter científico sin conocimiento, estudio o verificación experimental de la misma".

Aunque no se sabe con certeza quien acuñó la expresión, ésta tiene su origen en la historia del Profesor Ignaz Semmelweis -en la foto-. En 1847, éste médico húngaro descubrió que la sepsis puerperal (fiebre puerperal), una infección que a menudo era mortal y que afectaba a las mujeres tras un parto, podía ser evitada con tal de que el personal médico que asistía al mismo se lavase las manos.

Como faltaban años para que Louis Pasteur expusiera su "teoría germinal de las enfermedades infecciosas", la admonición de Semmelweis fue a la vez rechazada y ampliamente ridiculizada por sus colegas. Desesperado, llegó a denunciar públicamente la situación acusando a los tocólogos de irresponsables y asesinos. Su mujer, entre otros, temiendo que se hubiera vuelto loco, hizo que lo confinaran por la fuerza en un asilo donde fue maltratado hasta la muerte por los vigilantes.

¡No fue un final feliz para un hombre que descubrió la técnica antiséptica que al final acabó salvando millones de vidas!

Teniendo en cuenta estos antecedentes ¿no fue un ejemplo clásico del Reflejo de Semmelweis la respuesta que dieron a Paolo Zamboni la mayoría de los neurólogos y de las asociaciones nacionales de EM de Canadá y de los EEUU?

Su hipótesis -que supondría un cambio de paradigma- de que la esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad primariamente vascular en vez de una enfermedad con un origen autoinmune, se dio de bruces contra un muro infranqueable de criticismo desinformado y, a menudo, violento.

Tratando de deslegitimar su teoría, un especialista canadiense de EM sugirió al Prof. Zamboni, que está ya tratando a humanos, desandar el camino y realizar estudios con ratones; mientras que un bloguero criticaba con saña sus descubrimientos y los calificaba de mitos... y todo, sin tomarse un respiro o hacer una pausa para reflexionar y, mucho menos, sin aportar una sola prueba que respaldara sus afirmaciones.

Felizmente, y como respuesta a las demandas de miles de enfermos de EM, que en general no están para nada satisfechos con los resultados de los tratamientos inmunosupresores convencionales, las sociedades nacionales de EM de Canadá y EEUU rápidamente dieron un giro de 180 grados a su postura negativa inicial y ahora se muestran dispuestas a financiar conjuntamente investigaciones para verificar la hipótesis de Zamboni. ¡Bien hecho!

Un elemento central en la teoría de Zamboni es el papel destructivo que juega el hierro que, procedente de la sangre de las venas, se acumula y se filtra en el cerebro como resultado de un drenaje venoso defectuoso provocado por obstrucciones en las venas del cuello o del pecho.

No hay médico o científico que pueda estar en desacuerdo con el Dr. Zamboni si afirma que las deposiciones de metales pesados en el cerebro son tóxicas, tanto si son de hierro, o de cobre o de plomo. Dicho esto, cabe preguntarse ¿existen otros datos que pudieran avalar la idea de que el hierro puede jugar un papel entre las causas de la EM?

¡Pues resulta que sí... que los hay!

De forma semejante a otras enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y ciertas formas de demencia, investigadores del Imperial College de Londres y de la Universidad de Calgary han relacionado la inflamación y la destrucción nerviosa propias de la EM con una proteína llamada α-sinucleína de la que se conocen pocas cosas.

A pesar de que se haya normalmente presente en las células en una forma soluble no dañina, series de moléculas de α-sinucleína pueden unirse para formar un agregado que es tóxico para el cerebro. Además, agregados de mayor tamaño llamados oligómeros, provocan un mayor daño a los nervios.

Actualmente, en dos estudios recientemente publicados, científicos alemanes han demostrado que la presencia de óxido férrico, incluso en bajas concentraciones, incrementa la agregación de moléculas de α-sinucleína que dan lugar a la forma más neurotóxica de oligómeros.

¡Eureka! Parece que tenemos un mecanismo recientemente descubierto que podría explicar cómo el hierro filtrado en los tejidos cerebrales podría promover el desarrollo de la formación de las placas de EM, proporcionando de este modo un mayor soporte al eje central de la hipótesis vascular del Dr. Zamboni.

De algún modo, creo que Ignaz Semmelweis estará sonriendo... por no mencionar al propio Paolo Zamboni.

Fuente: http://healthblog.ctv.ca/post/Iron-Multiple-Sclerosis-and-The-Semmelweis-Reflex.aspx

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