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viernes, 26 de noviembre de 2010

CCSVI, LA MIRADA DE JANO

Según Wikipedia "Jano (en latín Janus) es, en la mitología romana, un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil. Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero). Como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año. Se lo invocaba también al comenzar una guerra, y mientras ésta durara, las puertas de su templo permanecían siempre abiertas; cuando Roma estaba en paz, las puertas se cerraban. Al igual que Prometeo, Jano es una suerte de héroe cultural, ya que se le atribuye entre otras cosas la invención del dinero, las leyes y la agricultura, según los romanos este dios aseguraba buenos finales. Jano es citado en la novela de Albert Camus, La caída, donde simboliza la dualidad del personaje entre el pasado y el futuro." Al igual que hace el dios Jano, en la entrada fechada el 17 de noviembre de 2010, el Dr. Lorne Brandes, en su blog, mira hacia el año transcurrido desde que se emitió el reportaje de la CTV-W5 sobre el descubrimiento de Zamboni, haciendo una magnifica recapitulación de lo que ha sucedido en Canadá; y a la vez, proyecta su mirada hacia el futuro tratando de anticipar lo que nos deparará la CCSVI el año entrante.

Dr. Lorne Brandes.- Se cumple ahora un año, desde que el reportaje emitido por la CTV-W5 sobre Dr. Paolo Zamboni y su teoría de la CCSVI sacudió con sus ondas expansivas la comunidad científica y la profana.

¿Sería "apoteósico" un adjetivo adecuado para calificar los acontecimientos ocurridos en los doce meses siguientes a la emisión del reportaje? Yo creo que sí.

Y si uno tuviera que señalar la faceta más importante de esta historia, ¿A qué ámbito de la realidad pertenecería?, ¿al médico?, ¿al político?, ¿al social?, ¿al conductual?, ¿al polémico?

El caso es que el tema da para escribir varios libros; pero, de momento, permítanme, al igual que Jano, echar la mirada atrás, al año que pasó; y proyectarla hacia adelante, hacia el año próximo.

Para empezar, no es un eufemismo decir que la teoría de Zamboni sobre la esclerosis múltiple surgió de una forma repentina e imprevista, provocando una reacción mal informada que -actuando como un acto reflejo- rechazó su hipótesis; y a la vez, comentarios despectivos sobre su persona (desde luego, no ayudó el hecho de que la venoplastia que aplicaron para dilatar las venas bloqueadas fuera apodada por uno de sus colegas como el "procedimiento de liberación").

"¿Quién es este tipo?, ¿un italiano desconocido?, ¿un cirujano vascular?, ¿no es neurólogo?, ¿qué sabe él de la EM?, ¿trató a su propia esposa?, ¿su nombre es Zamboni? ¡Ja, ja, ja!" Una vez vista la extremadamente gélida recepción que Paolo Zamboni tuvo de la clase médica, hay que decir que el suyo era un apellido apropiado para las bromas.

Pocos días después de emitido el reportaje de la CTV-W5, los neurólogos y los dirigentes de la Sociedad [canadiense] de EM -abonados desde hace mucho tiempo a la teoría de que la EM es una enfermedad autoinmune-, unánimemente rechazaron la posibilidad de que las obstrucciones de las venas del cuello y/o del pecho causaran reflujos sanguíneos y provocaran filtraciones de hierro tóxico a través de las dañadas y finas paredes de las venas del cerebro, matando a las células nerviosas.

Algunos fueron más lejos y calificaron a la CCSVI de camelo. Nada importaba que otros investigadores hubieran demostrado que las placas de la EM son ricas en hierro y que se forman alrededor de las venas y que la enfermedad progresa en tejidos que bordean el sistema venoso del cerebro. Tenía que ser un engaño, y sanseacabó.

Entonces sucedió algo digno de destacar: Los pacientes comenzaron a presionar con fuerza. En los foros de pacientes de EM en Internet y en los grupos de Facebook florecieron los ataques virulentos dirigidos no sólo contra los neurólogos, sino también contra las compañías farmacéuticas y las sociedades de pacientes de EM. Habida cuenta de lo irrelevantes, o incluso negativos, resultados de los tratamientos farmacológicos actuales, los pacientes se preguntaban: ¿Cómo se atreven a descartar la hipótesis de Zamboni, sin que tengan la más mínima evidencia en contra?

Pronto, a pesar de las advertencias para proceder con seguridad, y a la falta de pruebas concluyentes de que la venoplastia fuese eficaz, cientos de pacientes de EM, desesperados, no pudiendo ser tratados en Canadá, comenzaron a viajar a clínicas de pago en el extranjero para conseguir que sus venas fuesen "liberadas". Muchos de ellos manifestaron experimentar una disminución rápida de síntomas tales como la fatiga, el dolor de cabeza, las disfunciones cognitivas y la frialdad de las extremidades. Otros publicaron videos de "antes y después" en Youtube, mostrando importantes mejoras en el equilibrio y en la marcha. ¿Ha sucedido alguna vez algo similar? No, que yo recuerde.

Al darse cuenta de que estaban perdiendo rápidamente el paso de la marcha (por no mencionar la pérdida de apoyo) de sus asociados, las sociedades de pacientes de EM de Canadá y Estados Unidos cambiaron rápidamente de rumbo, para adoptar una posición más conciliadora y receptiva. Anunciaron una convocatoria de ayudas económicas para financiar proyectos de investigación sobre la CCSVI, con la promesa de resolver el concurso y anunciar los proyectos seleccionados en junio de 2010.

Fieles a su palabra, fueron adjudicadas siete subvenciones, por un total de 2,4 millones de dólares, a cuatro proyectos canadienses y a tres proyectos presentados por investigadores estadounidenses. Pero había un problema: los estudios van a evaluar solamente la anatomía de las venas, pero ninguno va a realizar el tratamiento si se encentra que están bloqueadas. Cualquier decisión sobre la financiación de los estudios clínicos que permitan evaluar la eficacia del tratamiento se posterga hasta que se disponga de los resultados de los primeros estudios.

Los pacientes, siendo conscientes de que las respuestas pueden tardar en llegar hasta tres años y temiendo que, por entonces, su estado de salud pueda estar mucho peor, no se muestran dispuestos a esperar y, en un estado de enfado e insatisfacción, elevaron el volumen de sus demandas exigiendo la adopción de acciones más inmediatas.

"Nosotros, os escuchamos", respondió la Sociedad canadiense de pacientes de EM. A pesar de gastar sólo un 22% -de un presupuesto total de 33,7 millones de dólares- en financiar investigaciones, los dirigentes de la Sociedad canadiense de EM anunciaron que se unirían al Partido Liberal para presionar al gobierno federal de Ottawa y conseguir que financie con 10 millones de dólares los estudios clínicos sobre la eficacia del tratamiento. En respuesta, la ministra federal de salud, Leona Aglukkaq, convocó, para finales de verano, una reunión de “expertos” que fueron seleccionados por los funcionarios del Instituto Canadiense de Investigación en Salud y la Sociedad de EM. Su mandato: llegar a un consenso y asesorarla.

Cuando llegó ese momento, el grupo de expertos -que no incluyó ni un solo médico o científico involucrado en la investigación, diagnóstico o tratamiento de la CCSVI-, recomendó la no realización de los estudios clínicos hasta que los resultados de los estudios anatómicos de las venas fuesen conocidos. Las perspectivas eran claramente negativas... tan negativas que un editorial del diario Globe and Mail sugirió a la ministra de Salud ignorar las recomendaciones del grupo de expertos.

Afortunadamente, ya existía un plan B entre bastidores. Un mes antes, el primer ministro de la provincia de Saskatchewan, Brad Wall, había salido a la palestra y se había mostrado dispuesto a asumir sus responsabilidades. Con la tasa más alta de EM en el país (y entre las más altas del mundo), anunció que su provincia podría financiar un estudio clínico adecuadamente diseñado que tuviera como objetivo responder a la pregunta de si el desbloqueo de las venas es beneficioso para los pacientes con la enfermedad. Sin inmutarse por el informe negativo del grupo de expertos, el Sr. Wall pronto nombró a su propio grupo de asesores expertos y se comprometió a aportar 5 millones de dólares para financiar un estudio que podría dar comienzo en algún momento del año 2011.

Sin embargo, antes incluso antes de que el estudio de Saskatchewan fuese anunciado, los estudios clínicos sobre el tratamiento de la CCSVI se habían iniciado en los Estados Unidos. La Universidad de Buffalo trató los primeros 10 pacientes formando parte de un estudio clínico que recibe el nombre de PREMiSe (Prospective Randomized Endovascular therapy in Multiple Sclerosis) y está en la actualidad esperando la autorización del Comité de Ética de Investigación Clínica (CEIC) antes de proseguir con el tratamiento de otros veinte pacientes. Un segundo estudio aprobado por un CEIC es el que se ha iniciado recientemente en Albany [capital del estado de Nueva York] con la participación de especialistas vasculares del Albany Medical College.

No hay que subestimar la importancia de estos estudios clínicos adecuadamente diseñados sobre las venoplastias con balón que incluyen un cuidadoso seguimiento de los pacientes. A muchos les preocupa algunos de los médicos y clínicas del extranjero que ofrecen tratamientos de la CCSVI: ¿Cuáles son sus cualificaciones?, ¿qué es lo que realmente saben? Generalmente escuchamos la versión de las personas que han tenido un buen resultado. ¿Cuántos no lo tienen? Las últimas noticias que informan de complicaciones serias tras la implantación de stents en las clínicas extranjeras nos deberían causar alarma. De hecho, el propio Dr. Zamboni se ha manifestado en contra del uso de los stents, así como de los tratamientos al margen de los ensayos clínicos.

Una vez llegados a este punto, la pregunta es: ¿Hacia dónde nos dirigimos? Aunque no disponga de una bola de cristal, sospecho que los próximos 12 meses nos depararán una mayor atención a algunas de las controversias en torno a la CCSVI.

Por ejemplo, la interpretación de los datos de las ecografías realizadas en un estudio reciente y ampliamente publicitado, que niega la teoría de la CCSVI y que está firmado por Doepp y sus colegas, parece haber sido rebatida con éxito por el Dr. Zamboni. En una carta de réplica que acaba de ser publicada en Annals of Neurology, señala que, según los datos proporcionados por los propios investigadores alemanes en su estudio, el cambio en el flujo sanguíneo de las venas del cuello cuando el sujeto pasa de la posición supina a la posición vertical fue un 50% menor en los 20 pacientes de EM que en los 56 sujetos del grupo de control.

En opinión de Zamboni, esta diferencia es un indicio que sugiere la presencia de la CCSVI en el grupo de pacientes de EM. Usando una imagen de ultrasonido Doppler como ilustración, pasa a señalar que, en su experiencia, las membranas anormales (septa) y/o válvulas malformadas en las venas del cuello son más comunes que las estenosis (estrechamientos) como causas de la obstrucción del flujo sanguíneo.

"Es evidente que se precisa de una comprensión completa del sistema antes de sacar conclusiones sobre la ausencia de anomalías venosas, y esto requiere pruebas de ultrasonido, resonancias magnéticas y venografías por catéter. Esto pone de relieve la urgencia de establecer un protocolo aceptado internacionalmente. Con el fin de conseguirlo... mi grupo se muestra dispuesto a viajar a Berlín y volver a analizar con los colegas alemanes toda la serie [usando] la metodología propuesta, "escribe Zamboni. ¡Touché!

¿Aceptará el Dr. Doepp la oferta de Zamboni? Sospecho que el Dr. Sandy McDonald, un cirujano cardiovascular de Barrie (Ontario) que dirige una clínica privada que realiza pruebas de imagen, le instará a hacerlo. Según me dijo hace unos meses, antes de que él y sus colegas viajaran a Ferrara el año pasado para aprender la técnica que aplica Zamboni para realizar las ecografías, "les pasó inadvertida una gran cantidad de patología".

Desde entonces, el grupo del Dr. McDonald ha escaneado aproximadamente a 400 pacientes con EM. A pesar de ser cauteloso por naturaleza, cree que un porcentaje muy alto de pacientes parecen tener importantes y, con frecuencia, complejas anomalías venosas. En cuanto a los sujetos normales, me dice en un e-mail del pasado agosto que "también se las hemos hecho a sujetos normales y encontramos que son, de hecho, normales". En la actualidad está revisando todos sus datos para confirmar los hallazgos y poder publicarlos.

Es evidente que, con el grado de compromiso de personas como Sandy McDonald y Brad Wall, que se muestran decididos, cada uno de ellos en su respectivo campo, a encontrar respuestas honestas, el año próximo nos debería llevar a una mejor comprensión de la CCSVI y de cómo puede estar relacionada con la EM.

Autor. Dr. Lorne Brandes. Fecha: 17 de noviembre de 2010.

Fuente: http://healthblog.ctv.ca/post/CCSVI-one-tumultuous-year-later-Where-do-we-go-from-here.aspx

5 comentarios:

  1. ¡¡¡¡¡¡GENIAL PEPE!!!! COMO SIEMPRE. UN SALUDO.

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  2. EXCELENTE PUBLICACION PEPE !!! GRACIAS!!!!

    JAVIER

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  3. excelente publicación! la subiré a mi facebook.
    gracias.

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  4. Opino lo mismo, pero el mérito siempre es del autor no del traductor.
    Un saludo.
    Pepe.

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  5. Estupenda info!!
    Gracias Pepe,
    Marta

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