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martes, 28 de septiembre de 2010

ENTREVISTA CON EL DR. FABRIZIO SALVI (1)

En la foto vemos a cinco miembros del equipo italiano que descubrió la CCSVI. De izquierda a derecha son el Dr. Roberto Galeotti, la Dra. Ilaria Bartolomei, el Dr. Fabrizio Salvi, la Dra. Erica Menegatti y el Dr. Paolo Zamboni. En esta entrada ofrecemos la primera parte de la entrevista que una persona de la organización de pacientes estadounidense "CCSVI Alliance" le hizo al Dr. Fabrizio Salvi en Nueva York el pasado 26 de julio de 2010 durante la celebración del Simposio sobre la CCSVI organizado por el Dr. Sclafani, y del que ya dimos cuenta en la entrada del 24 de agosto.

CCSVI Alliance presenta una entrevista en exclusiva con el primer neurólogo en mostrarse escéptico con la CCSVI. El Dr. Fabrizio Salvi comenta que al principio se mostró indiferente ante la CCSVI y cómo, trabajando con el Dr. Zamboni en el establecimiento de rigurosas pruebas diagnósticas y de tratamiento de la CCSVI, se sintió finalmente persuadido con la idea, llegando a convertirse en el primer neurólogo que centró su atención en el estudio de la relación entre la CCSVI y la esclerosis múltiple (EM).

En esta entrevista con el Dr. Salvi se tratan una amplia variedad de temas, entre los que se incluyen el tratamiento de la CCSVI y la seguridad, las investigaciones actualmente en marcha y las direcciones que tomarán éstas en el futuro.

Esta es la transcripción de una entrevista realizada en exclusiva por CCSVI Alliance al Dr. Salvi el 26 de julio de 2010, durante la celebración en Brooklyn (Nueva York) de un Simposio sobre la CCSVI.

CCSVI Alliance.- Es interesante observar que a pesar de ser usted neurólogo está en la vanguardia de los trabajos sobre la CCSVI. ¿Puede contarnos algo sobre lo que estaba haciendo en el campo de la neurología antes de su implicación en los trabajos de la CCSVI?

Dr. Salvi.- Tengo 55 años de edad, así que pasé muchos años de mi vida trabajando en diferentes campos de la neurología. Empecé con la tomografía del nervio, a continuación la esclerosis múltiple, y a continuación una enfermedad rara que es la amiloidosis. Ahora soy el jefe de nuestro centro para las enfermedades y trastornos neurológicos. Sigo a unos 900 pacientes de EM.

CA.- En los Estados Unidos, muchos neurólogos encuentran el concepto de la CCSVI muy extraño, muy ajeno, y no saben a ciencia cierta qué hacer con él. Obviamente algo habría en él para llamarle la atención. ¿Quiere decirnos cómo reaccionó cuando escuchó por primera vez la idea de que la EM tenía un importante componente vascular, que podría ser incluso uno de los factores causales de la esclerosis múltiple?

DS.- Sí (risas). ¡Yo fui el primer neurólogo en mostrarme escéptico! Oí hablar del profesor Zamboni hace ahora unos 7 años. Había escrito un artículo en el periódico local de Ferrara (Italia) donde decía que había "encontrado algo nuevo en los cerebros de los pacientes de EM”. Un paciente mío me llevó el artículo y dije ¡Terrible! ¡Vaya montón de estupideces! La segunda vez que oí hablar de la CCSVI fue con ocasión de una reunión con el profesor Zamboni. Nuestro presidente me dijo que había algo nuevo y muy interesante en el campo de la EM, y antes de que yo hiciese una valoración sobre la investigación, me pidió que fuese a Ferrara a reunirme con el profesor Zamboni. La presentación del Dr. Zamboni fue tan clara, tan clara... y la relación que se estableció entre nosotros fue tan buena, que decidimos hablar del tema más veces. Pero antes de aceptar trabajar con él, le hice varias jugarretas (sonríe.

CA.- Usted dirá...

DS.- Sí. Acordamos primero ver a muchos pacientes conjuntamente, pero había tres cosas que necesitaba ver, comprobar. La primera fue la identificación de pacientes con esclerosis múltiple mediante la eco-Doppler. Así que le envié a 30 pacientes en una semana; pero no todos tenían EM, sino que en el grupo había también pacientes con otras enfermedades.

CA.- ¿Y Zamboni sabía esto?

DS.- No lo sabía, pero los resultados de sus pruebas se correspondían exactamente con el número de pacientes que yo le había enviado con EM y con los otros que no la tenían. Esto me dejó muy... impresionado. La segunda cosa que yo necesitaba comprobar para ver si esta teoría tenía sentido era la respuesta al tratamiento por parte de los pacientes cuando se encontraban en medio de un brote. Así que le envié a 18 pacientes consecutivos con un brote agudo, ninguno de los cuales había sido tratado con esteroides IV. Hacía las eco-Doppler y como había una obstrucción, sometíamos al paciente el mismo día al procedimiento de liberación. El resultado fue fantástico. Fue muy, muy extraordinario. La tercera cosa, antes de decir que sí, para estar completamente seguro, era algo en relación con la forma primaria progresiva. En los pacientes con la forma primaria progresiva, a veces veíamos anomalías muy poco relevantes en las venas yugulares. En realidad, nada significativo. Parecían relativamente normales en comparación con los muchos casos de estenosis que veíamos en los pacientes con la forma recurrente-remitente de la enfermedad. Esto me inquietaba. Pensé sobre ello, y como mi perspectiva es la del neurólogo, había pedido resonancias magnéticas. El caso es que nos habíamos olvidado por completo del flujo venoso de la médula espinal, el superior y el inferior. Estudiamos dos pacientes con primaria progresiva y encontramos una especie de ausencia de flujo venoso de la médula espinal. De ahí pasamos a establecer los tipos A, B, C y D que hacen referencia a las correlaciones entre los tipos clínicos de la EM y los lugares y hemodinámica de las estenosis. Por tanto, el profesor Zamboni cumplió los tres requerimientos: en primer lugar, identificar correctamente, si los pacientes tenían o no EM utilizando sólo las pruebas de ultrasonido; en segundo lugar, que el tratamiento de liberación tuviese un efecto positivo en los pacientes, sin haber sido tratados con esteroides IV y, en tercer lugar, la clasificación de la forma primaria progresiva. Así que, finalmente, le dije a Paolo: "Sí, yo seré tu neurólogo".

CA.- ¡Interesante! Así que se unió al equipo el Dr. Zamboni, y pasó a formar parte del núcleo duro del equipo que ha realizado las investigaciones.

DS.- Sí, creamos un nuevo equipo de trabajo. Yo era el neurólogo, con mi colega, y Paolo era el especialista vascular, y había otra persona, Roberto Galleoti, que es radiólogo intervencionista y es la persona que en realidad hace el procedimiento de liberación.

CA.- En cuanto que neurólogo del equipo, ¿cuál fue su papel, por ejemplo, en el estudio sin anonimato sobre el tratamiento?

DS.- Organizar, realizar la elección de los pacientes, hacer el seguimiento de los mismos e incluir otras medidas de los resultados.

CA.- Así que es usted el que realiza las evaluaciones mediante la EDSS...

DS.- Sí, sí.

CA.- Nos estamos encontrando con una gran cantidad de neurólogos que se muestran muy escépticos con la CCSVI. Usted, que está integrado en un grupo de investigación neurovascular, ¿qué les dice cuando se reúne con ellos? ¿Cómo les explica la lógica y el valor de esta perspectiva que postula una potencial conexión vascular de la EM?

DS.- Lo que dicen hoy en día es que la EM es una enfermedad, pero en realidad es como una especie de rompecabezas. Hicimos [los neurólogos, en general] un montón de estudios sobre el sistema inmune, pero ninguno, o muy pocos, nos permitieron abrir una puerta o nos condujeron al hallazgo de una solución. El estudio sobre la CCSVI puede ser la puerta que nos conduzca a encontrar una solución nueva, porque hay una gran cantidad de datos patológicos a los que tenemos que buscar respuesta, y que tenemos que mejorar, y eso es algo que no se está haciendo ahora. Y hay una gran cantidad de datos clínicos implicados. Así que lo que nosotros hicimos fue abrir nuevas fronteras en la investigación de la EM. Y, ¿por qué no? Si tuviésemos la solución partir del sistema inmunológico, ¡estupendo! ¡Pero no la tenemos! Sabemos que, en la EM, controlar el sistema inmune es bueno, pero no suficiente. Lo único que queremos hacer es abrir nuevas fronteras. ¿Es esto ir demasiado lejos? (Se encoge de hombros)

CA.- Hablemos ahora de la ciencia que hay detrás de la CCSVI. Hay muchas discusiones acerca de si la mayoría o todas las obstrucciones venosas que se están encontrando en la gente con EM son congénitas, o si algunas de ellas se pueden desarrollar posteriormente, a lo largo de la vida. ¿Cuál es su opinión, son congénitas o no?

DS.- Por lo que respecta a los pacientes de EM, todos tienen una enfermedad congénita (CCSVI). Con la palabra congénita quiero decir que si usted observa algunos de los resultados de las pruebas de imagen, verá que hay algunos que siguen patrones típicos de una enfermedad congénita. Vimos, por ejemplo, válvulas invertidas. Es imposible que esto sea secundario a la inflamación o alguna otra cosa. O una ácigos retorcida. Esto es muy importante, y hemos hecho un estudio a partir de una autopsia, y vimos que el tejido del vaso venoso es diferente de la norma, lo que sugiere una vez más que se trata de una anomalía congénita, no adquirida.

CA.- Entonces, básicamente, la evidencia sugiere que estamos en presencia de cosas -como una válvula mal formada o una vena sin formar- que no aparecen cuando ya se tienen 25 ó 30 años.

DS.- Así es. Y la pregunta que surge es: ¿por qué la enfermedad, siendo congénita, aparece transcurrido el tiempo? Creo que lo más importante es que la lesión se tiene de forma estable, pero los mecanismos de compensación no son estables, por lo que en determinadas condiciones médicas, como el estrés o alguna otra cosa, puede haber un fallo en la compensación del flujo, y esto será interpretado como una recaída. El sistema venoso es muy diferente del sistema arterial, tiene una gran capacidad para compensarse. Así que en realidad podemos estar en presencia de una situación análoga a la que refleja la frase "la gota que colmó el vaso".

(Fin de la primera parte)

Fuente: http://ccsvialliance.org/index.php?option=com_content&view=article&id=171:salvi-interview&catid=1

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