CCSVI, el comienzo de una nueva era en la comprensión y el tratamiento de la EM
Ashton Embry.- En el pasado número de la revista New Pathways Magazine expuse las nociones básicas de la Insuficiencia Venosa Cerebroespinal Crónica (CCSVI son sus siglas en inglés) cuyo descubrimiento señala el arranque de una nueva era en la comprensión y tratamiento de la Esclerosis Múltiple (EM).
En esta columna pretendo abordar algunos asuntos que han aparecido desde entonces: el papel de la CCSVI en la EM, los orígenes históricos del concepto, la respuesta actual de los principales agentes que forman la comunidad de la EM y, qué podría hacerse para conseguir un tratamiento para la CCSVI de la forma más rápida posible.
Preguntas a responder
La idea de que la CCSVI es la causa de la EM ya está siendo considerada. Puedo entender este planteamiento pero mi opinión es que esta forma de abordar el asunto no es productiva. Las preguntas que necesitan ser contestadas son: ¿Desempeña la CCSVI un papel importante en el proceso de la EM?; y, la CCSVI: ¿Aparece antes o después del comienzo de la autoinmunidad en el sistema nervioso central (SNC)?.
Pienso que podemos responder a la primera pregunta de la siguiente forma: Si tenemos en cuenta los datos actualmente disponibles, se puede afirmar casi con certeza que la CCSVI es un aspecto clave de la EM. Digo esto porque casi todos los enfermos de EM analizados, en cuatro centros de investigación de tres países diferentes, fueron diagnosticados de tener la CCSVI. La CCSVI explica varias de las características -antes consideradas desconcertantes- de las lesiones de la EM, tales como la asociación del hierro y la venocentricidad, y es teóricamente compatible con todo lo que conocemos sobre la EM. Hay que destacar que la consideración de la CCSVI como una parte importante del proceso de la enfermedad proporciona una mejor explicación de todas las características de la EM.
Es mucho más difícil responder a la segunda pregunta. A día de hoy, no hay evidencias o razones teóricas que respalden la idea de que la CCSVI se pueda manifestar con posterioridad a la aparición de la autoinmunidad. Es mucho más razonable pensar que la CCSVI precede a la autoinmunidad porque esta idea es teóricamente más sensata, y ha sido propuesta esporádicamente por los investigadores de la EM a lo largo de los últimos 150 años.
Respecto a la idea de que la CCSVI aparece primero, algunos investigadores han planteado que las obstrucciones venosas son congénitas, y ya están presentes al nacer. Esto es dudoso porque dosis adecuadas de vitamina D pueden prevenir la EM; pero, en este momento, nuestra ignorancia sobre cómo y cuándo se genera la CCSVI es profunda.
¿Es la EM una enfermedad vascular?
La idea de que la EM es, en su origen, una enfermedad vascular aparece en 1863 cuando un investigador llamado Eduard Rindfleisch propuso que "la causa primaria de la EM es una alteración de los vasos sanguíneos del individuo". Basó su interpretación en sus observaciones de que una vena estaba presente en el centro de cada lesión.
En los 100 años siguientes, el fundamento vascular de la EM reapareció de vez en cuando basándose en la íntima conexión de las lesiones con las venas, pero, en realidad, nunca llegó a cuajar debido a la falta de evidencias convincentes.
El último gran defensor de la idea fue el Dr. Roy Swank quien pensó que las obstrucciones venosas y sus consecuentes rupturas de la barrera hematoencefálica eran causadas por glóbulos de grasa. Esto le condujo a defender como terapia su conocida dieta para mitigar los problemas vasculares inducidos por las grasas.
En los últimos 60 años, la hipótesis vascular fue completamente eclipsada por la teoría autoinmune de la EM que se puso de moda en la década de los años 30 del siglo XX, y que, sin cesar, ha llegado a ser la más aceptada desde entonces.
Debe ser enfatizado que la hipótesis vascular nunca ha sido refutada; simplemente ha sido ignorada, porque el centro de atención se focalizó en los aspectos inmunológicos de la EM.
Por supuesto, con el descubrimiento de la CCSVI tenemos, al fin, pruebas convincentes de que hay problemas vasculares que realmente juegan un papel importante en la EM.
La CCSVI encaja, de una forma armónica, toda la información de tipo vascular, recogida en los estudios que analizan minuciosamente las lesiones de la EM, con el inmenso caudal de datos de tipo inmunológico que se ha ido acumulado durante los últimos 50 años.
Los dos tipos de datos casan ahora a la perfección al considerarlos conjuntamente, conformando un modelo en el cual, la disrupción en el drenaje venoso causa rupturas en la barrera hematoencefálica (hipótesis vascular) a las que siguen las reacciones autoinmunes (hipótesis autoinmune).
¿Por qué los médicos no reaccionan?
Con el reconocimiento de la CCSVI y, como resultado, una mejor comprensión del proceso de la EM, uno podría esperar que los investigadores y los médicos clínicos se mostrarían ansiosos y dispuestos a reorientar sus esfuerzos, tomando en cuenta este gran descubrimiento. Desafortunadamente no es así y la principal reacción de los médicos clínicos es, en el mejor de los casos, esperar y ver; o, en el peor, mostrar un rechazo total.
Una persona afectada de EM a la que conozco preguntó recientemente a su neurólogo acerca de la CCSVI y cómo podría ser tratada. El neurólogo se mostró molesto y agitado, y declaró que la CCSVI era una "tontería" y que no había evidencias de la misma.
Me imagino que este tipo de reacciones desinformadas son frecuentes. Los médicos clínicos que tratan la EM están satisfechos simplemente con recetar un fármaco para la EM y no están dispuestos a considerar una forma completamente nueva de tratar la enfermedad, hasta que se vean forzados a ello.
La comunidad científica ha mostrado una reacción semejante: un alto grado de escepticismo hacia la CCSVI, y supongo que ni siquiera incorporarán la CCSVI a sus proyectos de investigación hasta que los datos lleguen a ser tan abrumadores que no tengan otro remedio que hacerlo.
¿De dónde vendrán esas pruebas abrumadoras? La buena noticia es que hay un pequeño grupo de investigadores con visión de futuro que han asumido el cambio de paradigma que obviamente supone la CCSVI y están comenzando a realizar estudios relevantes de la misma.
Los más progresistas de ellos son la Dra. Bianca Weinstock-Guttman y el Dr. Robert Zivadinov de la Universidad de Búfalo, de cuyos proyectos de investigación se informa en las páginas 14-16 de éste número. Creo que una vez que los resultados del estudio que se lleva a cabo en la Universidad de Búfalo se hagan públicos (2012?), la CCSVI experimentará un punto de inflexión, y, todo el mundo, desde los investigadores hasta los médicos clínicos, pasando por las principales asociaciones de enfermos, se subirá al carro de la CCSVI.
Dados los datos de los que se dispone, no es una exageración afirmar que todas las personas con EM tienen afectado el drenaje venoso, lo que está contribuyendo, de una forma activa o potencial, al curso de la enfermedad. Teniendo esto presente, no es de extrañar que todos los enfermos de EM conscientes de las consecuencias de la CCSVI quieran solucionar sus problemas venosos mediante cirugía vascular de la forma más rápida posible.
Desafortunadamente hay muy pocos centros médicos que estén haciendo intervenciones vasculares para liberarse de la CCSVI; por tanto, es prácticamente imposible para la mayoría de la gente con EM conseguir el importante tratamiento vascular que necesitan.
Se necesita una rebelión de los afectados
Resulta difícil saber cómo la comunidad de enfermos de EM puede mejorar esta situación tan horrible, y conseguir alivio, tanto para la CCSVI, como para la gran frustración que muchos de ellos están experimentando. En mi opinión, es necesario que los pacientes se subleven, y es también primordial, que esta situación tan inaceptable sea expuesta ampliamente en los medios de comunicación.
Quizás las personas con EM deberían seguir el consejo que se da en la película de 1976, Network, e ir a la ventana y gritar: "¡Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo!".
Para finalizar, otra pregunta obvia que necesita ser contestada es: ¿Qué estrategias nutricionales pueden ser adoptadas para contrarrestar los efectos de la CCSVI? Abordaré este tema en mi próxima columna.
Nota del traductor.- Inserto a continuación el fragmento de la película de Sidney Lumet al que hace referencia Ashton Embry:
Nos parece impresionante el total desconocimiento de estos descubrimientos que pueden ser de gran utilidad para los que padecemos esta grave enfermedad. Ojalá que no falte mucho para que se ponga en práctica este nuevo tratamiento.
ResponderEliminarEsperamos ansiosos esta columna acerca de las estrategias nutricionales.
creoeneldoctorzamboni México
Soy mexicana, estudiante de nutrición, y paciente de esclerosis múltiple. Los estudios sobre la insuficiencia venosa crónica cerebro-espinal, aún no se han hecho muy públicos aquí, y los tratamientos sólo son realizables en algunos lugares. Los médicos aún no están muy convencidos, pero los pacientes tenemos fé.
ResponderEliminarDado mi interés en la nutrición, es de especial utilidad la columna sobre estrategias nutricionales.
Gracias por la información de este blog...
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